Jurado XI Edición "Rafal en Corto"
Francisco Illán
Licenciado en Arte Dramático y Docente en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Orihuela.Se define como un amante incontinente del Arte en todas sus facetas.Además a sus espaldas lleva una larga trayectoria artística como actor, director de escena, escenógrafo, figurinista y dramaturgo.
Jesús Serna
A Jesús Serna Quijada no le interesa demasiado reseñar su vida. No olvida sus raíces, eso nunca: necesita aferrarse a algunas certezas para no sucumbir ante el folio en blanco. Presume de mala letra y de peor conciencia. Pero podría ser falso todo lo que dice y todo lo que escribe y todo lo que mira. Lo que siente no, eso no admite discusión, pero se lo guarda para sí y para sus gatos.
Rescato algo que apuntaba una reseña biográfica anterior: “A Jesús Serna le fascina la imagen, la periferia de la imagen, su impureza. La escritura como juego de espejos, como reescritura. El laberinto. Su obra se desarrolla en el corazón de un mándala de miradas y palabras”. También informaba que durante algún tiempo viajó y que los sucesivos viajes terminaron de moldear su pensamiento. No rebatiré ni confirmaré estas afirmaciones.
Como evidencias inasibles: Girasoles en Venecia (2013) y Velódromo (2017), el díptico astillado que revela su versión del mundo; y Lo que queda (2017), su primer largometraje.
José Antonio Cayuelas
Jesús López Moya
Jesús nació en Bigastro (Alicante) en 1977 y, tras sus estudios de Magisterio, continuó sus estudios en Psicopedagogía y es máster universitario en Inteligencia Emocional por la Universidad de Valencia. Actualmente compagina su labor en la literatura infantil y la elaboración de guiones con su trabajo como jefe de estudios en el centro de Educación Primaria San José de Calasanz.
Como escritor, ha publicado nueve títulos infantiles. Además, es socio fundador de la editorial Fun Readers, con la que ha editado 25 títulos infantiles. Como guionista, ha sido coguionista de la serie de animación Els Zurf producida por Gallego Bros y Hampa Studio, emitida en Àpunt.
Mario-Paul Martínez
Cineasta especializado en dirección documental y VFX.
Es miembro del Centro de Investigación en Artes (CíA) de la Universidad Miguel Hernández de Elche, profesor en el Grado de Comunicación Audiovisual y director del Grupo de Investigación Massiva. Ha participado en diversos ciclos y eventos especializados del arte y el ámbito audiovisual como Technarte (Bilbao), La Noche en Blanco (Madrid), el Seminario de Posproducción y Arte Digital (Elche), el Festival Internacional de Cine Fantástico de Elche-FANTAELX, o las cuatro ediciones del Festival Internacional de Videoclips FIVECC (Alicante).
La Accademia di Belle Arti de Venezia, la Fundación BilbaoArte, la Fundación Telefónica, el Centro de Ciencias de Sinaloa, el Instituto de Arte Moderno Valenciano, la Fundación Sabadell Cam, o el Museo de la Universidad de Alicante, entre otros, han exhibido sus trabajos.
Laura Mínguez Valdés
Estudié Historia del Arte en Granada y he sido docente durante muchos años. El arte no es solo mi profesión, se ha convertido en la manera de ver y vivir la vida a través de la imagen, de la palabra y de los sonidos. El arte es imitación de la naturaleza, aunque muchas veces la supera: la armonía, la belleza, la evocación de una melodía o una historia bien contada tienen pase directo al hipotálamo donde se transforman en emoción, la esencia que define lo que es puramente humano. El Arte no sirve para nada, pero es imprescindible;
El papel de los creadores consiste en ponerlo de manifiesto para enredarnos en la fantasía, para llevarnos a ese terreno específico que nos diferencia del resto de los seres vivos. Artistas o espectadores, protagonistas o estudiosos, todos giramos en torno a las mismas emociones y a las formas en las que estas se expresan.
Julia Valoria
Vine al mundo un 1 de septiembre, según contaba mi madre las molestias del parto empezaron la noche antes cuando estaba en el “Cine Riacho”, al fresquito, viendo “Un americano en París”. Como era una mujer fuerte y le estaba gustando la película, decidió esperar que terminara, y a las 8 de la mañana del día siguiente llegué yo, supongo que con la música, los colores y las ganas de vivir de Gene Kelly. Desde muy pronto ir al cine se convirtió en algo lógico, ¿Dónde podía estar mejor?, rodeada de mis amigos: los acomodadores, los taquilleros, Jesús en el bar, Moñino en la cabina. Pasaba allí las tardes al salir del colegio con mi abuela Julia y la merienda. Así que fuí acumulando información, escenas, músicas, títulos de crédito… en el disco duro. Fueron los años dorados del cine americano. De vez en cuando se colaba algo de Neorrealismo italiano, o rarezas suecas. El cine español navegaba entre coplas, toreros, niños conmovedores, glorias pasadas y de vez en cuando “perlas” de Berlanga que nos hacían sonreír.
Y en los 70 me fui a Granada a estudiar Farmacia, a ir al cine de “arte y ensayo” los domingos, y a participar activamente en los cineforums que se organizaban en los Colegios Mayores. Allí terminé de ver lo que me faltaba en el archivo: Eisenstein, Bergman, Visconti, Pasolini, De Sica, Trufau, Rhomer, Saura, Tatí… etc. Iba de “progre”, me tragué algún tostón, pero lo doy por bueno para saber apreciar lo que vale la pena, al pagar una entrada.
El cine me da la oportunidad de conectar con mis hijos, de disfrutar con ellos, como antes lo hice con mis mayores, unas veces coincidimos en gustos y otras no, pero es estupendo oír cuando preguntas :
– ¿Vamos al cine?
– Sí .
Además invito yo.